POR AMOR A LA CREACIÓN
COMÉCO - Sus propuestas y sus sueños
Este fin de semana se celebra en todo el mundo el Día de la Tierra, un recordatorio oportuno de nuestra responsabilidad de cuidar el medio ambiente y proteger los recursos naturales del planeta. El amor a la creación no es sólo un concepto, sino una realidad tangible que debemos preservar para las generaciones futuras.
Durante la segunda fase de la asamblea general, el COMÉCO presentó una propuesta sobre el tema de la Ecología Integral a la asamblea general de la SME. La presentación es un paso positivo hacia la concienciación y una llamada a asumir compromisos en materia de Ecología.
Es importante que todos pongamos de nuestra parte, ya sea a través de pequeñas acciones individuales, como Sociedad o esfuerzos colectivos con personas afines, para lograr un impacto positivo en el medio ambiente, incluyendo la urgente necesidad de promover un enfoque más sostenible y holístico de la Ecología. Juntos podemos trabajar por un futuro sostenible para nosotros y para el planeta.
Encuentre a continuación la propuesta, el sueño que COMÉCO compartió con la asamblea general para su consideración. Al celebrar el Día de la Tierra, dediquemos un momento a reflexionar sobre su labor, al tiempo que acogemos con satisfacción su invitación y apreciamos sus esfuerzos.
POR AMOR A LA CREACIÓN
El COMÉCO
presenta sus favoritos
sus propuestas y sus sueños
a la Asamblea General del SMÉ
"Anunciad la Buena Nueva a toda la Creación" (Marcos 16:15)
El COMÉCO
presenta sus favoritos
sus propuestas y sus sueños
a la Asamblea General del SMÉ
"Anunciad la Buena Nueva a toda la Creación" (Marcos 16:15)
Amar la Creación es amarnos a nosotros mismos. El cuidado de la Creación es vital para el discípulo de Jesús y para su misión.
Por eso, ante las catástrofes que se multiplican en nuestro planeta y el abismo en el que ya ha comenzado a hundirse la humanidad, nos alegramos, como Sociedad misionera, de avanzar decididamente hacia una visión, una mentalidad, una espiritualidad y una acción que llevan la marca clara de un amor sincero por la ecología.
Por amor y fidelidad al humilde Papa Francisco, hacemos nuestra su valiente y luminosa carta encíclica Laudato si' sobre la salvaguarda de la casa común.
Del próximo Consejo Central del SMÉ esperamos un verdadero liderazgo en materia de ecología.
Apoyamos de todo corazón las iniciativas medioambientales de nuestros miembros y grupos de misión en todo Canadá y en nuestros países de misión.
Apoyamos y expresamos nuestro afecto y admiración por las Primeras Naciones de Quebec, Canadá y nuestros países de misión. Debido a sus estrechos vínculos con la naturaleza, estos pueblos han logrado la extraordinaria proeza de sobrevivir a los embates del colonialismo que ha intentado, y sigue intentando, asimilarlos o eliminarlos. Estos pueblos son nuestros amos. Nunca nos arrepentiremos lo suficiente de haberlos ignorado, subestimado, maltratado o tratado con desprecio la mayoría de las veces de forma vergonzosa.
También queremos asegurar nuestra solidaridad a los grupos ecologistas como Équiterre, Nature-Québec, Fundación David Suzuki, Green Church, Greenpeace, Avaaz, así como a los grupos ecologistas de los países en los que todavía estamos presentes. Creemos que estas organizaciones no son ajenas a lo que somos simplemente porque compartimos con ellas la misma causa sublime de defender, servir y hacer brillar la vida.
Nos proponemos mantener una mirada crítica sobre las actividades mineras de las multinacionales canadienses, especialmente perjudiciales para el medio ambiente y para las poblaciones locales de muchos países en desarrollo. Nos uniremos a los grupos de presión que denuncian los abusos de estas empresas, conocidas por su escasa preocupación por la justicia y la protección de la naturaleza.
Para fomentar y alimentar una cultura ecológica, deberíamos dar cabida a la celebración de los grandes momentos y acontecimientos de la Naturaleza, como los solsticios y equinoccios, las estaciones, la siembra, la cosecha, el agua, el Día Mundial de la Tierra, así como las innovaciones más prometedoras en materia de protección del medio ambiente. También sería bueno honrar las victorias sociales más importantes del pasado y del presente, destacando cómo los derechos de la tierra, la opción por los pobres, los derechos humanos, la emancipación de la mujer, la igualdad entre los pueblos, las luchas por la justicia social, por la liberación, por la democracia y por el respeto a las personas de distintas orientaciones sexuales, están interrelacionados y tienen mucho que ver con la evangelización.
En nuestras relaciones personales y en nuestras intervenciones públicas, no deberíamos perder la ocasión de poner de relieve la unidad intrínseca que existe entre la ecología, la justicia social, la Palabra de Dios y la misión. También sería bueno contribuir a la difusión de artículos sencillos y vivos sobre el mismo tema para los jóvenes y el público en general.
En la formación permanente, nos gustaría que se organizaran, en colaboración con otros grupos, talleres y sesiones sobre ecología dirigidos por personas cualificadas.
En cuanto a nuestros candidatos al sacerdocio o al laicado misionero, sería conveniente inscribirlos en una formación importante sobre la ecología y animarlos a hacer una reflexión teológica y una animación pastoral sobre el tema.
Si lo pensamos bien, no sería mala idea integrar en la fórmula de asociación de nuestros laicos misioneros y en la de los futuros sacerdotes miembros del SMÉ la intención formal de comprometerse en la misión teniendo en cuenta específicamente la dimensión ecológica de la evangelización.
Creemos que sería muy útil crear una pequeña oficina o secretariado para supervisar la puesta en práctica de los compromisos asumidos por esta Asamblea General en relación con la ecología. Esta oficina tendría también la tarea de hacer circular entre los miembros del SMÉ información, noticias y comunicaciones sobre iniciativas o proyectos relacionados.
Por eso, ante las catástrofes que se multiplican en nuestro planeta y el abismo en el que ya ha comenzado a hundirse la humanidad, nos alegramos, como Sociedad misionera, de avanzar decididamente hacia una visión, una mentalidad, una espiritualidad y una acción que llevan la marca clara de un amor sincero por la ecología.
Por amor y fidelidad al humilde Papa Francisco, hacemos nuestra su valiente y luminosa carta encíclica Laudato si' sobre la salvaguarda de la casa común.
Del próximo Consejo Central del SMÉ esperamos un verdadero liderazgo en materia de ecología.
Apoyamos de todo corazón las iniciativas medioambientales de nuestros miembros y grupos de misión en todo Canadá y en nuestros países de misión.
Apoyamos y expresamos nuestro afecto y admiración por las Primeras Naciones de Quebec, Canadá y nuestros países de misión. Debido a sus estrechos vínculos con la naturaleza, estos pueblos han logrado la extraordinaria proeza de sobrevivir a los embates del colonialismo que ha intentado, y sigue intentando, asimilarlos o eliminarlos. Estos pueblos son nuestros amos. Nunca nos arrepentiremos lo suficiente de haberlos ignorado, subestimado, maltratado o tratado con desprecio la mayoría de las veces de forma vergonzosa.
También queremos asegurar nuestra solidaridad a los grupos ecologistas como Équiterre, Nature-Québec, Fundación David Suzuki, Green Church, Greenpeace, Avaaz, así como a los grupos ecologistas de los países en los que todavía estamos presentes. Creemos que estas organizaciones no son ajenas a lo que somos simplemente porque compartimos con ellas la misma causa sublime de defender, servir y hacer brillar la vida.
Nos proponemos mantener una mirada crítica sobre las actividades mineras de las multinacionales canadienses, especialmente perjudiciales para el medio ambiente y para las poblaciones locales de muchos países en desarrollo. Nos uniremos a los grupos de presión que denuncian los abusos de estas empresas, conocidas por su escasa preocupación por la justicia y la protección de la naturaleza.
Para fomentar y alimentar una cultura ecológica, deberíamos dar cabida a la celebración de los grandes momentos y acontecimientos de la Naturaleza, como los solsticios y equinoccios, las estaciones, la siembra, la cosecha, el agua, el Día Mundial de la Tierra, así como las innovaciones más prometedoras en materia de protección del medio ambiente. También sería bueno honrar las victorias sociales más importantes del pasado y del presente, destacando cómo los derechos de la tierra, la opción por los pobres, los derechos humanos, la emancipación de la mujer, la igualdad entre los pueblos, las luchas por la justicia social, por la liberación, por la democracia y por el respeto a las personas de distintas orientaciones sexuales, están interrelacionados y tienen mucho que ver con la evangelización.
En nuestras relaciones personales y en nuestras intervenciones públicas, no deberíamos perder la ocasión de poner de relieve la unidad intrínseca que existe entre la ecología, la justicia social, la Palabra de Dios y la misión. También sería bueno contribuir a la difusión de artículos sencillos y vivos sobre el mismo tema para los jóvenes y el público en general.
En la formación permanente, nos gustaría que se organizaran, en colaboración con otros grupos, talleres y sesiones sobre ecología dirigidos por personas cualificadas.
En cuanto a nuestros candidatos al sacerdocio o al laicado misionero, sería conveniente inscribirlos en una formación importante sobre la ecología y animarlos a hacer una reflexión teológica y una animación pastoral sobre el tema.
Si lo pensamos bien, no sería mala idea integrar en la fórmula de asociación de nuestros laicos misioneros y en la de los futuros sacerdotes miembros del SMÉ la intención formal de comprometerse en la misión teniendo en cuenta específicamente la dimensión ecológica de la evangelización.
Creemos que sería muy útil crear una pequeña oficina o secretariado para supervisar la puesta en práctica de los compromisos asumidos por esta Asamblea General en relación con la ecología. Esta oficina tendría también la tarea de hacer circular entre los miembros del SMÉ información, noticias y comunicaciones sobre iniciativas o proyectos relacionados.
Estas propuestas se presentan a la consideración de la Asamblea General 2022-2023 de la Sociedad de Misiones Extranjeras, en Pont-Viau, el 2 de febrero de 2023, en el 102º año de su fundación. Son una iniciativa del COMECO (Comité de Ecología de la Casa Central de la SMÉ), cuyos miembros son: Jean-Yves Isabel, Jean Binette, Clément Bolduc, Édouard-René Morin, Jean-Charles-Loiselle, Gilles Poirier, Marie-Laure Joly y Eloy Roy.